Ya pasaban de
las 12 pm, cuando el taxi me dejo a las puertas de la estación del tren, “facia
unha friaxe de carallo” y además, con
muy mala intención la lluvia insistía en mantenerme mojado y
húmedo. No obstante yo, que soy un barón español de la vieja escuela,
y educado en la más estricta irrealidad
liberal, me mantuve erguido de pie, sin parpadear y con la mirada al
frente, oteando el horizonte en busca de
la llegada del caballo de hierro.
Cansado de estar
de pie y mantener el cuello tan rígido, y por el bien físico de mis cervicales
ladee la cabeza ligeramente hacia mi izquierda, y mire como una mujer de una edad incierta sentada en uno de los
bancos leía unos papeles que se me antojaron muy antiguos, debido sobre todo al
color de los mismos, blanco amarillento. A su lado había un hombre de color…Negro,
tocado con un gorro Aso Oke y un Bazin
azul cielo fuerte, que observaba con
disimulo sus piernas. Ella se mantenía altiva con las manos juntas sobre unas preciosas y delgadas piernas
cruzadas, que terminaban en unos
pequeños pies calzados con unos zapatos
de tacón de charol negro, mantenía un bolso pequeño de mano pegado a su cadera
y una gran maleta con ruedas al lado de sus pies.
Era una imagen
preciosa, la imagine en los años cincuenta, cuando había tanto trasiego en las
estaciones de tren. No pude resistir y
me dirigí hacia ella, y con la más tópica y estúpida de las preguntas intente
dialogar con ella.
-
Hola, disculpe tiene
fuego?
-
Si claro, - me
dijo
Tomo el bolso lo
abrió, y alzando su mirada acompañada de una sonrisa me ofreció un mechero
ronson, lo así rozando sus dedos, observe el mechero, hacía muchos años que no
miraba uno de esos, encendí el pitillo y
se lo devolví mientras le preguntaba:
-
A donde se dirige?
-
Voy a Barcelona - me
dijo
Así iniciamos un
dialogo trivial hasta la llegada del
“rías bajas” subimos al vagón y
nos dedicamos a encontrar nuestros
asientos, y ….. sorprea!! Mi asiento coincidía al lado del suyo. Con
unos ojos verdes chispeantes y una sonrisa en los labios me dijo:
-
Hola otra vez, parece que vamos juntos, así podemos seguir
hablando hasta el destino
Mi mente iba más
rápida que mi lengua, y mi calenturienta imaginación me deleito por un segundo,
aunque me pareciera una hora.
Después de unos
100km de recorrido ya éramos amigos, y entonces
Isabel (que así me dijo se
llamaba) me confesaba el motivo de su
viaje:
Hace cinco semanas tuve sexo con un amigo, que vive en Barcelona y
desde entonces, pasa de mí. Le llame por
teléfono y he intentado hablar con él en
repetidas ocasiones sobre el tema y me da largas. A mí me gusta mi amigo y
sobre todo como me lo hace... No sé por qué pero siempre acabo asustando a los
tíos. Cuanto más me acerco, más se alejan. Tal vez si no se arregla el tema
quiera usted ser mi nuevo amigo.
Sorprendido por
tan elocuente y franca petición, tome
aire y adoptando la posición del Barón dominante, y asiéndole ambas las dos
manos con las mías le dije:
- Mi Querida y estimada Isabel, hay ciertos animales de compañía que sufren terror al compromiso. Además creen que el sexo es el primer paso para una relación estable. Sin embargo yo soy de otra especie, acuéstese usted conmigo Isabel, yo no busco el amor, pero si eso es un impedimento para usted, podemos compartir un café cinco minutos, antes de compartir otras intimidades en una cómoda posición horizontal
- Mi Querida y estimada Isabel, hay ciertos animales de compañía que sufren terror al compromiso. Además creen que el sexo es el primer paso para una relación estable. Sin embargo yo soy de otra especie, acuéstese usted conmigo Isabel, yo no busco el amor, pero si eso es un impedimento para usted, podemos compartir un café cinco minutos, antes de compartir otras intimidades en una cómoda posición horizontal
-
Que bobo eres, aunque lo
considerare. - Me dijo
Entusiasmado con
tal posibilidad, y ante la vista de aquellos preciosos y prietos muslos, mi
imaginación intento de nuevo llevarme al otro lado, mientras la miraba
embelesado por aquellos ojos verdes, ella se mordió el labio inferior
provocando un movimiento alarmante en mi entrepierna, y mi ironía comenzaba a
mostrarse cuando ella continuo:
-
No
acabo de entender ¿Por qué te enamoras
de unas personas y de otras no? ¿Por qué te valdría un hermano gemelo para el
sexo y el otro gemelo sea el elegido para compartir la vida juntos?
- Usted sabe Isabel, - le dije - , el amor es como un mal constipado, contagioso e imprevisible. Y además ahora con el traqueteo del tren estoy ligeramente mareado y confuso, pero a mí no me importa que usted tenga una hermana gemela, estaría dispuesto a estar en horizontal con las dos en persona, incluso también con usted sola.
En ese momento el
tren llegaba a mi destino, me despedí de ella con dos besos en la comisura de
sus labios, descendí del vagón no sin
antes haberle dejado mi número de móvil.
Apenas han pasado unas horas y ya me ha llamado tres veces…… creo que tengo que ir a Barcelona.
5 comentarios:
Dicen que Barcelona es bonita, pero no sé si verá ud. mucho ;)
bss!!!
(cuanta marca y no conzco ninguna)
Mi querida Dalicia,Solo tendre tiempo para ver tersas redondeces iluminadas con el ronson
yo creo que se deberia ser mas explicitos y dejarse tanto hablar ir al grano jejeje
En el maizal estimada Carmen ya voy al grano, aunque prefiero dos puntiagudos
querido baron esta bien eso de ir al grano, y lo de puntiagudos no se yo
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