CONVERSACIONES FEMENINAS

Es Curioso lo bajito que hablan las mujeres, y que oído más fino tengo yo, incluso cuando llueve. Digo esto porque el pasado martes llovía una cantidad inmensa de lluvia, salpicaba todo el suelo, y el paraguas violeta que llevaba no me hacia juego con unos zapatos nuevos de color marrón que había comprado a muy buen precio en Cortefiel, y claro no estaba yo por la labor de tener que andar poniendo guantes para el manejo de la crema marrón por culpa de la dichosa lluvia,  por lo que opte por refugiarme en un Café Real, ( y no es porque vaya el Rey, no, es que el dueño del susodicho, estimo que era el sitio real).  Bien y para no perder el hilo continuo, una vez dentro del Real tome asiento en una de las mesas redondas y diminutas, que  no por una cuestión de espacio, sino porque el Real es Minimalista por una cuestión de Moda.

 En la mesa contigua había dos cuarentañeras y una tercera que rondaba los taitantos, ( por cierto, ellas no eran rubias) estaban ellas, como digo,  enfrascadas en un tema característico de la edad, por lo que yo sin la mas mínima intención de escuchar, pude percibir por la agudeza auditiva que me caracteriza, de una parte de la conversación que ellas mantenían en un tono distendido pero muy bajo, aunque lleno de risas hilarantes.

La antigua teoría era: “Cásate con un hombre mayor, porque son maduros”. Pero la nueva teoría es: “Los hombres no maduran; cásate con quien te dé la gana”. (Rita Rudner) decia una de ellas,

Después de unas risas, continuo diciendo otra de las tertulianas: “Lo que teme un hombre cuando piensa en el matrimonio no es atarse a una mujer, sino separarse de todas las demás”. (Ellen Rowland). Nuevas risas 

“Si un hombre te dice que necesita espacio, déjalo afuera”. Comento la mas bajita del grupo, y a continuación apostillo: Las mujeres tienen muchos defectos; los hombres, sólo dos: “Todo lo que hacen y todo lo que dicen”

Yo estaba espasmódico con lo que oía, pero intentaba no perder detalle de todo aquello que decían, aunque quiero resaltar que verdaderamente no me gustan los cotillas, y sobre todo cuando yo no soy el primero en enterarme. Mientras venían y se iban mis pensamientos como si mi cabeza fuese  cualquier parada del Metro, ellas continuaban con las frasecitas y risitas.

¿En qué se parece un hombre a un columpio?…pregunto la gordita, y entre risas ella misma se respondió: En que al principio divierte, pero al final, marea.

Si pudimos enviar a un hombre a la luna… ¿por qué no enviarlos a todos?

¿Cómo puedes saber la diferencia entre los verdaderos regalos de los hombres y los regalos por sus sentimientos de culpabilidad?… Los segundos son más bonitos.

“Solía vivir sola… entonces… me divorcié”. Dijo muy seria la de taitantos 

 “Las mujeres que buscan ser iguales a los hombres, carecen de ambición”. (Timothy Leary)

 “Las mujeres solteras se quejan de que los hombres buenos están casados; las mujeres casadas se quejan de sus maridos.

Entre sonrisa y sonrisa acabe el café, y al levantar la vista de la mesa, me di cuenta que estaba rodeado de mujeres chachareando y riendo, gire la cabeza y entonces quede un poco aliviado, había un hombre de espaldas sentado en la barra, no, no me había equivocado de establecimiento, era al fin y al cabo un Café Real para todos.