Estaba mirando por la ventana de mi casa las
orillas del rio Miño, cuando me vinieron a la memoria esas playas repletas de veraneantes
pululando y chapoteando por las orillas y practicando el surf. Estarán
desiertas pensé, y ese pensamiento me provoco una gran duda, que no me dejo
dormir durante toda la noche, ¿que estarán comiendo ahora los tiburones?
Sea como fuere y coman lo que coman voy al tema,
hay un libro que puede que no enseñe nada, pero puede resultar entretenido e
incluso divertido, y este es la Biblia, si ese que usan e interpretan los hombres
de negro. Pues cuenta una historia en la que un Dios nos privó del edén y dictó
el drama de dos hermanos, el justo y solidario, y el avaricioso y mezquino siervo
del materialismo, claro que esto es según el ojo del lector, porque eso de
escuchar el trueno de la voz del juez padre nuestro, diciendo “te maldigo”
realmente marca mucho.
Bueno, la cosa es que uno de los hermanos,
un tal Caín parece que no entró en el juego del bueno y el malo y se reveló, rompió
con un gesto el yugo de esclavitud, huyendo del ojo implacable del juez, y
acabo llevando su propia cruz, además de ser perseguido por quebrantar una ley que
no entendía y que no conto con él, porque él quería la suya propia.
La cuestión es que después de leerlo llegas a la conclusión que la estirpe del fugitivo creció y se multiplicó, no sabes muy bien cómo, ni con quien, pero ahora fuera del edén hay la ostia de hijos de Caín, que siguen jugando con la vida de los demás, porque es su voluntad, buscando la riqueza personal a costa del sufrimiento de los más necesitados
La cuestión es que después de leerlo llegas a la conclusión que la estirpe del fugitivo creció y se multiplicó, no sabes muy bien cómo, ni con quien, pero ahora fuera del edén hay la ostia de hijos de Caín, que siguen jugando con la vida de los demás, porque es su voluntad, buscando la riqueza personal a costa del sufrimiento de los más necesitados
Quizá los hombres seamos
capaces algún día de destruir lo oscuro que hay en cada uno, pues el destino no
está marcado al nacer, yo he elegido ser lo que siempre seré, un rojo pecador
blandiendo la espada de fuego de las letras.
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