Ante todo, debo decir en mi descargo que El sarcasmo no es solo un
instigador del conflicto, sino también un catalizador de la creatividad.
Permitir que haga una crítica constructiva a la mierda esa que estáis
haciendo en las redes sociales.
Hace un tiempo me dijeron en el trabajo que yo a veces hacía
comentarios hirientes. ¡Y no es cierto! No tengo tiempo para eso. Ya
quisiera yo tener tanto tiempo para poder explicar y decir todo lo que se está
haciendo mal. Pero como lo están haciendo mal e invierten el tiempo que
tienen en criticar y destruir, debo hacer yo el trabajo, ¿veis?
En el mundo hubo grandes magos como David Coperfield y otros muchos, que nos creaban la ilusión de ver salir
conejos de la chistera, y ahora nos salen nuevos magos imitadores y autóctonos,
que nos pretenden hacer creer en la ilusión de la existencia de
miles de mascarillas, o aparcamientos disuasorios, túneles, grandes
parques y un sinfín de necesidades, para la ciudad, menos mal que
ya no somos niños y como dijo un amigo mío, para ser tan tonto, tampoco
eres muy guapo.
Recuerdo que alguien dijo en alguna reunión de esas en las que algunos
se encargan de que no prosperen: “Cuando empieza a soplar el viento, algunos
corren a esconderse mientras otros construyen molinos de viento”.
En estos
últimos días pululan por las redes sociales, grandes e ilustrados cuñados que
no solo saben de fútbol, sino que también son grandes expertos en
epidemiología, sanidad y gestión de recursos, y nos dan soluciones mil para
paliar el problema, ¿Por qué nos molestamos y perdemos el tiempo en leer sus
sandeces hipócritas?, sigamos construyendo para prepararnos para mañana.
En una conferencia internacional sobre producción y transporte en un
mundo donde los animales hablaban, un conferenciante dijo: “El coche nunca
podrá sustituir al caballo”. (la conferenciante era una yegua)
Yo particularmente mataría a todos los bichos y luego si
acaso les preguntaría a que han venido.
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