Después de unos seis vodkas con naranja, la lengua se
desata y la diarrea verbal toma forma. Esto es lo que en primera instancia debió ocurrir,
la noche del viernes. “La Pili” y “ La Lola”
escomenzaron con una chachara distendida y me pillaron justo en
medio, (se preveía donde acabaríamos de
madrugada) al principio parecía tener una cierta gracia e interés el tema del “metrosexual” aunque ya pasado de moda, pero la cosa divago
en
intensidad calórica, cuando yo mencione
aquello de Me-llamo-Dojo-Baron-Dojo, y expuse el ejemplo de “retrosexual” con el anuncio de que el actor británico Clive Owen es la
nueva imagen de la firma de cosmética Lancome. El rudo protagonista de
"Closer" pertenece al tipo de hombre que se impone, el retrosexual,
canalla, hipermasculino y antítesis del trasnochado metrosexual".
Entonces fue cuando me llamaron “Tuzaro”, solo por no
defender a esos individuos que comparten
con las mujeres cierta forma de sensibilidad, no es machista, utiliza un
lenguaje igualitario, comparte las tareas del hogar y se emociona con los
discos de Björk y las pelis de Sofia Coppola e Isabel Coixet. Es lo que los
hombres de pelo en pecho definirían como un moñas y la mayoría de las mujeres
como un tío riquiño, el típico gran amigo para toda la vida, gran conversador,
excelente pañuelo de lágrimas, pero cuyo morbo brilla por su ausencia.
“Eres un Tuzaro” repitieron ambas las dos al unísono, y
entonces pensé que a esas horas de la noche y con tanto liquido en el cuerpo es
mejor no llevar la contraria a dos tías a la vez, por lo que cambie de
estrategia y decidí irme a dormir solo
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