Después de mi larga estancia en el escusado, me asee pulcramente con un pequeño pañuelo balsámico,
y con una maniobra de naturaleza animal precedida de un desgarrador grito conseguí
abrir la puerta del susodicho, y fue entonces cuando pude ver con mis ojos inyectados en sangre, los
suyos de color verde esmeralda.
Un nudo recorrió mi garganta, erizando mi vello púbico,
su diminuta nariz aguileña contrastaba con sus carnosos labios rojos que mantenía
entreabiertos. Mientras ella me observaba, introducía su dedo índice entre sus labios.
Puesto que lo que yo domino es el ingles, apenas pude susurrar en un
mal francés : excusez-moi,
raudamente me dijo sin dejar de sonrreir : besoin d'aide ? Fue entonces cuando me di cuenta que estaba en les
toilettes des femmes, estaba claro que mi viaje por autopista a Paris iva a tener historia
1 comentario:
Aló !!!! Bienvenue, monsieur!!!
bijoux.
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