El
pasado viernes había quedado a tomar una copa, después de una reunión de
asesoramiento sobre el empleo de la lengua (la bien llamada sinhueso, y no la
otra) con la Lola, una amiga muy interesante, atea y libertaria que chulea con
descaro al macho ibérico español, y aunque ella no lo diga lo digo yo, sin que
ella se mosquee. Pues bien, el tema
versaba sobre Poemas ripiosos eróticos-irónicos-festivos aderezados con un poco
de picaresca sarcástica, en el uso de la lengua en los bajos o andrajos de la anatomía
femenina, en el cual se deben distinguir dos situaciones, el llamado lengüetazo por
decreto y el nombrado papirotazo en la pipa. Tanto uno como el otro requieren
de un talante talentoso, o sea, que la chorva esté bien abierta de patas y bien
lavada la cueva de las batallas porque de no ser así te puedes quedar como el
Tonto del haba, que se le torció la vista cuando se equivocó de agujero.
Pero
mira tú por dónde, a la reunión asistía
una mujer de bandera, una mujer de esas pocas que al pasar te giras para
mirarla y te llevas la ostia padre contra el semáforo de la acera, y aun por
encima “las otras” te llaman imbécil pervertido.
En
un momento dado ella se alzo de la silla, y pudimos ver lo que vimos, unos ojos
vivos verdes, una melena negra sobre los hombros desnudos que dejaban un ceñido
vestido negro con un escote que permitía imaginar generosos pechos separados
por un hermoso canaliño, sus caderas torneadas intuían unos muslos prietos.
Ella con una sonrisa divina y mirando a cada uno de los ponentes tomo la palabra diciendo:
-
Debo añadir al
plagio, que el motivo de “ello” es porque el sexo de los hombres, es como la
luna, tiene cuatro fases, aunque
lamentablemente para nosotras, son mucho más cortas en la duración.
De
repente la mesa de los ponentes, incluida mi zona estaba totalmente mojada, yo
ya no podía leer mis notas, pues se había corrido la tinta del bolígrafo, la
baba que se desprendía de la comisura de la boca de los ponentes amenazaba con
una inundación inimaginable, con mi kleenex intente secar mis notas mientras ella continuaba
diciendo:
-
Luna nueva o sexo
nuevo, es cuando el sexo esta aun dentro del bóxer
Cuarto creciente, es cuando se comienza a formar el ángulo
recto y comienza a formarse la tienda de campaña
Plenilunio o Llena, ocurre cuando ya sale de la tienda de
campaña y tiende a ubicarse dentro de la cueva húmeda
Finalmente el cuarto menguante, cuando el ángulo recto
pasa a ser obtuso y se retrae lastimosamente de la cueva sin haber concluido el
objetivo
Todo “ello” ocurre
en apenas siete minutos, tiempo más que insuficiente para que se tenga en
cuenta el uso continuado de la sinhueso, y que aquí promovemos
El
estruendo de los aplausos, me hizo mirar el reloj, me mata, me dije. Le di dos besos a la morena
y aun con ganas de mas, Salí cual perro aullando después del disparo.
Cuando
llegue a junto Lola, más de media hora tarde, la vi con su vestido rojo sentada
en el taburete de la barra fumando con una expresión en la cara que me dije “joer
hoy no hay tema, y menos mal que no soy macho ibérico “
2 comentarios:
Qué raros sois los hombres... Llega una tía buena suelta una estupidez...¡¡¡ y la aplauden!!!
Ejque...
Besos!!!
Mi estimada Dalicia, debo informarte, y te informo que no somos expecialmente raros, aunque si ligeramente lentos, tambien agradables, simpaticos, y expecialmente sabrosos, y todo ello sin necesidad de chocolate
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