UNA PALABRA, NO DICE NADA Y AL MISMO TIEMPO ESCONDE TODO, UNA MIRADA, NO DICE NADA Y AL MISMO TIEMPO LO MUESTRA TODO

otras paginas

domingo, 8 de diciembre de 2019

EL ARTE DE LA ZANCADILLA


En lo que entonces estaba destinado a ser la china de hoy, hace miles de años vivía un tipo llamado Sun Tzu. Al igual que Nicolas Maquiavelo o Walt Rostov no gobernaban el mundo, solo aconsejaban a quienes lo hacían.
Es de suponer que a quienes aconsejaban hacían las cosas mejor que aquellos otros a los que no aconsejaban, aunque es difícil asegurarlo porque todos ellos están muertos.
Según el Tao, no se trata de como deberían ser las cosas, ni de cómo nos gustaría que fueran. Son así, sencillamente, será bueno que quienes quieran sobrevivir en estos tiempos difíciles, sepan iniciar una guerra para ganarla
 Después del famoso libro del Arte de la Guerra, de Sun Tzu, el gran directivo y Gurú de una de la firmas mas famosas de la Galaxia conocida, Stanley Bing, realiza un nuevo ensayo sobre el nuevo arte de la guerra siendo este “ LA ESTRATEGIA DE LA ZANCADILLA”  donde se desarrolla el acosa a tus enemigos , enchufa a tus amigos y libra sin piedad tu batalla
La mediocridad manifiesta no va necesariamente inscrita en la altura del individuo, mírese por ejemplo Tutankamón, rey egipcio 1,67 m, Joseph Stalin, líder político soviético, 1,67 m Hirohito emperador japones, 1,65 m, Marqués de Sade, soldado francés, escritor, y sádico 1,60m, y tantos otros bajitos que, de alguna manera, aunque no fueron asesorados por los susodichos, pasaron a la historia por cuestiones varias
En ambas obras figura un apartado sobre el engaño.
La guerra se basa en el engaño. Así cuando seas capaz de atacar, as de aparentar incapacidad, si desplazas tropas, aparenta inactividad, si el enemigo está furioso, provócalo   escribió Sun Tzu
Mientras la Reina de Corazones dijo: ¡Cortarle la Cabeza ¡en el libro de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas
Aunque el engaño es bueno, siempre y cuando no termines creyéndote tus propias mentiras
A el personalmente le encanta la cocina, y comer en platos limpios como a cualquier burgués, solo que a él no le gustaba lavar los platos después de comer
Por lo que la estrategia de la zancadilla, muestra con ironía y una pizca de sarcasmo, el inteligente sentido del humor que algunos directivos mostraron en sus conclusiones. Tener agallas para llevarlas a la práctica es muy distinto.
¿te atreverás?







No hay comentarios: