No hay mejor día que un domingo de lluvia, pues facilita
acercarse al teclado y dar rienda suelta a novelar los recuerdos, y esto me
recuerda que a principios del siglo XXI,
era yo un muchacho espabilado y con proyección ( mas o menos ) y asistí y participe
en uno de esos aburridos seminarios de Dirección
de Gestión, en el que al finalizar el mismo se creaban unas mesas de debate
donde entre otros participaban esos Guros que parecía sabían todo, ( la verdad
era, que lo que tenían era una gran experiencia ) el seminario en cuestión tenia
por título:
“Como adaptarnos a un mundo en constante cambio”
La cuestión era que los principios del Liderazgo son tan
simples, que se nos han olvidado por competo, con mas frecuencia de la esperada
se confunde la autoridad con el poder, y el respeto con el miedo, lo que nos
lleva a unas relaciones tensas y recelosas, porque cuando se “trabaja” para
contentar al jefe, ¿Quién se ocupa realmente de realizar el trabajo?
¡Cuanto mas pronto te olvides del queso viejo mas pronto
encontraras el queso nuevo!
La historia y posterior debate versaba sobre cuatro
personajes, que todos los días salían a un laberinto en busca de su queso, pues
este les confortaba y animaba a seguir, pero un buen día cuando salieron por la
mañana temprano en su busca, y después de recorrer todo el gran laberinto se
dieron cuenta que el queso no estaba, ¡había desaparecido!
Los personajes que aparecían en la narración (y que
permanecen hoy en día, aunque con otros nombres) eran:
HEM; un personaje cabezota, que no quiere ver los cambios, no
se adapta a los cambios, se había acomodado a su queso, y no veía las nuevas
oportunidades, en suma, HEM no supo ver los cambios que podían ser buenos
El segundo personaje era ESCURRIDIZO; se adapta al cambio,
ve las oportunidades que representan los cambios, no se acomoda y pelea por lo que
quiere
El tercer personaje era HAW; Tiene inteligencia y es
valiente, tiene la capacidad de aprender y corregir sus errores, intenta
adelantarse a los cambios
Y ya finalmente el cuarto personaje era FISGON; se anticipa
al cambio, no se acomoda e investiga el entorno, se adapta a los cambios rápidamente,
y ve las oportunidades que significan los cambios
La vida no es un pasillo recto y fácil por el que viajamos
libres y sin obstáculos
Sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar
nuestro camino
La moraleja de esta historia de domingo lluvioso es la pregunta:
Tu que arias sino tuvieras miedo a dejar de navegar por ese
laberinto en busca del viejo queso, y buscar el cambio para encontrar tu nuevo
queso
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