La verdad es que nunca se ha entendido por qué las necesidades sexuales de los hombres y las mujeres son tan diferentes entre sí. Nunca se ha entendido todo eso de Marte y Venus. Y nunca se ha entendido por qué los hombres piensan con la cabeza y las mujeres con el corazón.
A Pedro Una noche de la semana pasada, en la que su mujer y él se iban a la cama. Bueno, se habían empezado a poner a tono, y en ese momento, va ella y le dice:
A Pedro Una noche de la semana pasada, en la que su mujer y él se iban a la cama. Bueno, se habían empezado a poner a tono, y en ese momento, va ella y le dice:
- "Creo que ahora no me apetece, tan sólo quiero que me abraces".
El dijo: - "¿¿¿QUÉ???"
Así que ella dijo las palabras que todo hombre no acabara nunca de entender.
Le dijo: - "No sabes conectar con mis necesidades emocionales como mujer".
Entonces, Pedro empezó a pensar en qué podía haber fallado. Al final, después de desbarrar un buen rato asumió que esa noche no iba a pasar nada, así que se durmió.
Al día siguiente sábado, se fueron de compras a unos grandes almacenes. Mientras ella se probaba unos modelitos carísimos, el se fue dando una vuelta mirando maniquíes.
Al cabo de una hora y viendo que no podía decidirse por uno u otro, le dijo que se comprara los tres. Entonces, ella le dijo que necesitaba unos zapatos a juego, a 200 euros el par, con lo que le contesto que le parecía bien. Luego fueron a la sección de joyería, de donde salió con unos pendientes de diamantes.
¡Miranda, Estaba emocionada! Debía de pensar que Pedro se había vuelto loco, pero no creo que le importara demasiado. Yo creo que le estaba poniendo a prueba cuando pidió una raqueta de tenis, porque ella ni siquiera juega al tenis. En ese momento pienso que le rompió los esquemas cuando Pedro, le dijo que sí.
Ella estaba casi excitada sexualmente después de todo esto; tendríais que haber visto su cara, cuando dijo toda feliz y alegre:
- "Venga, vamos a la caja a pagar".
A Pedro le costó mucho aguantarse, pero acabo diciéndole:
- "No, cariño, creo que ahora no me apetece comprar todo eso".
De verdad, teníais que haberle visto la cara a Miranda. Se quedó pálida.
- "Tan sólo quiero que me abraces", le dijo Pedro.
En el momento en que Ella empezó a poner cara de querer matarle, añadió:
- "No sabes conectar con mis necesidades financieras como hombre".
Tal vez sea cierto eso de: ¡yo de Marte y tú de Venus!
5 comentarios:
a las mujeres no nos entienden ni nosotras mismas pero a lo de marte tambien hay que darles de comer a parte, como nos complicamos con lo facil que seria hablar jajajajajaja..
Me parto!!!
Un saludo coleguita
Mi querida Carmen, es facil de ver Marte es rojo y previsible mientras que venus todavia tiene dudas en el color je
Estimada Perfida, No se le ocurra partirse muy a menudo, mas que nada para poder seguirla ji ji
Mi querida Carmen, es facil de ver Marte es rojo y previsible mientras que venus todavia tiene dudas en el color je
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