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jueves, 10 de diciembre de 2020

AVENTURAS Y DESVENTURAS EN LOS BAÑOS

 


Fue una noche de viernes, de esas que los pafetos están rellenos de disfraces y carnes prietas, y si miras a los ojos de los disfrazados logras ver las estrellitas, fue esa noche cuando aprendí casi todo lo que se de los baños públicos. Aunque reconozco que me costo centrarme realmente en el tema en cuestión, pero realmente era difícil centrarse solo con el oído 

Casi no podía oír lo que decía con tanto ruido musical, pero si la podía mirar, deslúmbrate entre las luces negras del local, su pelo negro azabache hacia resaltar sus labios carnosos de rojo carmín, que conseguían una sonrisa jugosa, acompañada de unos grandes ojos verdes de pícara mirada, Pilar se llamaba, ella seguía hablando mientras yo seguía inquiriendo a su canalillo una respuesta. En un momento dado con un movimiento de sus pechos, ambos los dos a la vez, logro cambiar la dirección de mi vista, e intente prestar atención a sus palabras en detrimento de mis ojos, por lo que no voy aburriros con los detalles de su voluptuoso cuerpo femenino, y os transcribiré su sabiduría en el devenir nocturno por los lugares de copas.

'Nunca, nunca pero nunca te sientes en un baño público’ me dijo ella, y a continuación me mostraba ‘la posición ninja' que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza.

Aunque eso ya lo había escuchado a mi amiga la psicóloga, continúe prestando atención a sus dos botones sobre los pechos, - Pilar continúo diciendo 'La Posición' es una de las primeras lecciones de vida que tienes que saber cuándo vas de marcha y cuando no, también.  'La posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar, continúo diciendo.

Por un momento tuve la impresión que mis oídos se habían taponado y mis ojos volvieron a su punto de origen, debo reconocer que no tuve la fuerza de voluntad suficiente de apartar la vista de sus hermosos y voluptuosos pechos que amenazaban salir de su apretada camiseta. Y nuevamente, esta vez el acercamiento de sus rojos labios a mis orejas logro de nuevo centrar la conversación, no sin antes dar un sorbo a la copa de cardhu que por cierto se acababa.

Cuando TIENES que ir a un baño público, te encuentras con una cola de tías que te hace pensar que dentro están regalando penes de distintos colores y tamaños. Así que te resignas a esperar, sonriendo como gilipollas a las demás tías que también están discretamente cruzando piernas y brazos en la posición oficial de  'me estoy 'meandooooooooo!

No es que me aburriese su conversación, pero las dos tetas de Pilar merecían más atención, y yo estaba en disposición de llegar a un acuerdo con ellas, aunque por un instante, solo un instante baje la vista al resto del cuerpo, sus muslos sobre el taburete se incrustaron irremisiblemente en mis pupilas, a duras penas logre centrarme en sus labios que me sonrieron picaronamente como si pudieran haber leído mi mente.

Finalmente te toca a ti, continúo diciendo Pilar, - mis ojos se agrandaron y mi sonrisa se amplió – pero no iba por ahí la cosa, finalmente – continuo diciendo -, uno de los baños se abre y te lanzas casi tirando a la tía que va saliendo, entras y te das cuenta de que el puto picaporte no funciona (nunca funciona, dice); no importa... Cuelgas el bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho, dice), inspeccionas la zona, el suelo está lleno de líquidos indefinidos y claro no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de cositas que fuiste metiendo dentro, la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso...

Quizá fue menos de un minuto, aunque me parecieron más, me deleite en imaginar los posibles juguetes que tendría en el bolso, además de profilácticos – pensaba, los llevara de colores? 

Pero volviendo a la puerta... Continuo diciendo, como no tenía picaporte, la única opción es sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas los pantalones y te pones en 'la posición ninja'... Alivio...... AAhhhhhh.... por fin...

Y ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar.... Porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las bragas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kg colgando de tu cuello.

-Inverosímil la imagen que se creo en mi mente de la situación estando yo detrás-  y justo en ese instante el vocablo “muslos” despertó de nuevo mi olfato visual al desplazar la mirada hacia donde imaginariamente terminaban sus muslos, pero su parloteo consiguió languidecer mi ardiente imaginación.

Te encantaría sentarte, - continuo Pilar hablando, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, interiormente crees que no pasaría nada, pero una voz en tu interior retumba en tu cabeza “Jamás te sientes en inodoro público”, así que te quedas en 'la posición' con el tembleque de piernas... ¡¡¡Y por un fallo de cálculo en las distancias una salpicada finíííííísima del chorro te salpica en tu propio culo y te moja hasta las medias!!!

No pude evitar la carcajada, que corté rápidamente ante el dedo índice que alzándolo inquirió mi atención. Con suerte no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar 'la posición' requiere una gran concentración.

Pilar con las manos en la cabeza y moviéndola de lado a lado, continúo diciendo, buscas el rollo de papel higiénico, pero, ¡no hayyyyyy...! ¡El rollo está vacío...! (siempre está vacío en los baños públicos) Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kilos de cachivaches que llevas en el bolso haya un miserable pañuelito desechable... pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio....... Y en cuanto la sueltas, alguien la empuja y tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, ¡¡¡mientras gritas OCUPAAADOOOO!!!

Sin contar el porrón del portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada del chorro en las piernas... el recuerdo de……… en ese momento mis sensores auditivos dejaron de funcionar y nuevamente el olfato visual me traslado a su postura con las piernas cruzadas sobre el taburete visualizando un trozo mas arriba del muslo que su corto vestido de lana había dejado ver por la postura adoptada, cada minuto que pasaba me gustaba mas la historia que contaba y eso que solo apenas podía ver el movimiento sensual de sus labios frente a mi

Estás exhausta, acerté a oír volviendo a entrar en el soliloquio que ella y solo ella mantenía conmigo, - cuando te paras ya no sientes las piernas, te acomodas la ropa rapidísimo y tiras la cadena tratando de tocarla lo menos posible, por si las enfermedades y eso ...

Entonces vas al lavabo. No, le dije en un intento de tomar parte del monologo que mantenía, no, tu no tonto, escucha, dijo y continuo.

Entonces vas al lavabo y todo está lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, te lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con la mierda esa de los sensores automáticos, así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón (si es que lo hay, porque nunca hay en los baños públicos), te lavas en una posición de jorobado de Notredame para que no se resbale el bolso y quede debajo del chorro... El secador no lo usas, es un trasto inútil así que terminas secándote las manos en tus pantalones, porque no piensas gastar tus pañuelos desechables para eso y sales... al fin

En este momento ves a tu maromo que entró y salió del baño de hombres con su sonrisa blanca y dos estrellitas brillando sobre los dientes.

'¿Por qué tardaste tanto?'' te pregunta él.   'Había mucha cola' te limitas a decir.

En ese momento en un movimiento compulsivo no exento de avaricia así su mano derecha entre las mías y acerté a decir -por eso quieres cambiar de novio, ¿verdad?

No necesariamente me dijo con su roja sonrisa, es por solidaridad la razón de por qué vamos en grupito al baño las mujeres, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, y así es mucho más sencillo y rápido ya que una sólo tiene que concentrarse en mantener 'la posición' y la dignidad...

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