RENE MAGRITTE 1928
El Enigma de lo cotidiano. La imagen no es lo que representa.
Esta mañana, como casi todas las mañanas, te llamé a la oficina y una voz que no conocía me dijo que aún no habías llegado, que raro pensé, ya eran más de las 08:30 y tu, más puntual que un lord ingles, que jamás llega tarde, me pareció extraño pero decidí concentrarme en el trabajo y no preocuparme. Pero cuando siendo la hora del café y más de las 11:00, tu no me llamaste, entonces yo te llamé y seguías sin aparecer , fue cuando se apoderó de mi una tremenda angustia, de pronto pensé que si te había pasado algo yo no tenía manera de saberlo, ¿que puedo hacer en un caso así?, ¿llamar a tu casa y preguntarle a tu marido si estás bien, o quedarme día tras día, mes tras mes, año tras año esperando saber algo de ti?.
Yo solo te pedía un momento, y tú me lo hacías posible, yo te pedía tu tiempo, el que no me podías dar, el que no era mío, un momento ajeno, un momento inalcanzable para mí.
El tenia tus días, tu vida, tus horas, tu todo, y yo solo tenía minutos, que terminaban, horas que pasaban en esta carrera sin salida, sin llegada a ninguna parte, como si fuera un concurso de arte para ver cuál de los dos te pinta la mejor escultura con su mejor trabajo.
Tu vida se convirtió en mi carrera sin atajos, querer ganar tu cariño me quito la libertad, y el vacio de no tener tu amor me ha hecho sentir un falso ganador.
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