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miércoles, 29 de abril de 2009

DIRIGIR O LIDERAR ESA ES LA CUESTIÓN




Mucho se ha hablado sobre cómo debería ser la forma ideal. Con el paso del tiempo y la experiencia, hemos aprendido que no existe un estilo ideal y que, en el caso de existir, sería una combinación de estilos, que se adapte a cada uno.

También es evidente, que pocos son los directivos / dirigentes que tienen capacidad y voluntad para aplicar esta maravillosa combinación. Como digo, no solo es cuestión de disponer de conocimientos teóricos, sino, y lo más importante es tener la voluntad de aplicarlos.
Dirigir no es una cuestión de matemáticas o de aplicar un Plan General. Dirigir eficientemente implica voluntad y deseo de aplicar lo aprendido y efectuar un cambio, si cabe, en nuestros patrones de dirección.

Tener interés por nuestros compañeros, interesarnos por sus deseos, necesidades, aplicar la empatía, ser flexibles, escucharles, motivarles, etc. Todo eso, no se podrá conseguir si no tenemos la voluntad de provocar el cambio, por mucha teoría que conozcamos.
El estilo ideal, es aquel que se adapta a cada uno. No podemos aplicar a todos el mismo estilo. El liderazgo situacional; dirigimos en función del individuo y de la situación.No deberíamos utilizar siempre el mismo estilo. En ocasiones, en ocasiones se preferirá un estilo más democrático y en otras ocasiones tendremos que utilizar un estilo más paternalista.
Ahí reside la habilidad del líder en reconocer qué estilo utilizar en cada momento. Es el jefe quien debe estar al servicio del equipo y no a la inversa. Este "nuevo" paradigma, rompe con muchas estructuras mentales establecidas hasta la fecha, pero nos ayuda a comprender, que en la medida en que seamos capaces de satisfacer las necesidades de todos los componentes del equipo, los resultados serán mayores y mejores.

Todavía, en la actualidad, son muchos los directivos / dirigentes que no consideran prioritario el ocuparse de su equipo. O confunden en qué consiste ocuparse de su equipo. Ocuparnos de nuestros colaboradores implica interesarnos por su motivación, fortalecer la cohesión dentro del equipo, no tratar como simples medios a las personas que lideramos, estar próximo a los compañeros, ser percibido como uno más dentro del grupo, etc.

Un jefe no es un líder. El jefe es quien ejecuta lo que el líder ha planificado. El líder es quien marca la ruta. Es un gestor de oportunidades.

Es fácil ser jefe, pero difícil llegar a ser líder. Muchos directivos / dirigentes, simplemente tienen el poder formal, cedido por la organización, pero no tienen el poder que le otorga el equipo. El verdadero líder consigue "hacer", no por la autoridad formal que posee, sino por la autoridad que le otorgan sus "seguidores".

1 comentario:

F.R. dijo...

El liderazgo suele ser por talento natural, es innato, por eso no hay muchos. Jefes, demasiados, y dirigentes buenos, bueno...jejeje, hay.