Deberíamos volver a poner el foco allí donde parece que no queremos mirar, bien por comodidad o por miedo a lo que podamos encontrar. La mirada lúcida y crítica de la sociedad es como un espejo en el que reflejarnos. ¿Es cierto que la crisis ha pasado? Entonces, ¿por qué los trabajos son cada vez más precarios? ¿Acaso nuestra sociedad es más justa e igualitaria? ¿Por qué consentimos la existencia de paraísos fiscales? ¿Cuál es el papel de los medios? ¿Denuncia y crítica o cómplices necesarios de una ópera bufa?
Alguien escribió “la hipocresía es el lubricante de la sociedad” por lo que entonces cabe la pregunta ¿es necesario ser mediocre para llegar a la cima? La respuesta evidentemente es un NO rotundo, ¿entonces porque hay tanto mediocre ocupando cuotas de poder? Y así a cada repuesta surge una nueva pregunta, podremos estar así hasta altas horas de la madrugada sin acompañamiento de un misero cardhu con un toma y daca para llegar a la triste conclusión de que la sociedad necesita a los hipócritas para sentirse realizada.
Un webmaster amigo mío escribió un post “es una virtud frenar la lengua quien teniendo razón sabe callarse” No cabe duda que esta practica no abunda, pues los fariseos crecen a ojos vista entre los despachos, ante la posibilidad de un cambio económico y social de índole personal e intransferible, lo que nos indica que hay mucho pseudoperiodista queriendo ser político, políticos con alma de tuiteros, mucho tuitero que va de científico, y lo más lamentable mucho científico en paro. Y teniendo en cuenta que los tomates ya no saben a nada, así nos va, queda claro que las plumas se van cayendo con la edad
Grandes son aquellos que a pesar de ser
juzgados por ser quienes son, no cambian para complacer a los pudientes
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