UNA PALABRA, NO DICE NADA Y AL MISMO TIEMPO ESCONDE TODO, UNA MIRADA, NO DICE NADA Y AL MISMO TIEMPO LO MUESTRA TODO

otras paginas

miércoles, 12 de octubre de 2011

EL HOMBRE DEL SACO

Hay una Leyenda que cuenta:
Era una de esas noches  oscuras, típicas de Galicia, con mucho viento, humedad y esa fina llovizna que se te pega a la ropa.
Por uno de los caminos que se aleja del pueblo y se adentra en el bosque,  apenas se veía a un palmo de distancia, y el caminar era pesado y lento debido a la lama del suelo.
Leopoldo el médico, que le habían llamado para que  llegara cuanto antes a la casa de Jacinto, el mecánico que tenía el taller y  que vivía a unos cinco quilómetros del pueblo, parece que había enfermado de unas extrañas fiebres que le producían convulsiones y vomitar sin parar, para intentar curarlo.
Cuando por fin llegó y empujó la puerta. Entró en la casa y sintió un alivio muy grande. Pero la casa estaba fría, que no se pudo quitar la ropa.
Subió las escaleras de la galería que llevaba al dormitorio, y allí estaba Jacinto, el mecanico, impedido en la cama y con sudoraciones intensas.
_¡Dios mío!,¿Pero que te ha pasado?. Le preguntó Leopoldo.
Jacinto apenas podía articular palabra. Pero contestó:
_Mi buen doctor, gracias por venir.
Ayer cuando volvía de cambiar una batería a un coche, como siempre a última hora del día, y en el camino de casa me atacó algo que yo describiría como una especie de lobo, pero iba erguido y tenía manos.
Se me avalanzó hacia el cuello, y me mordió en la espalda porque lo pude esquivar. Corrí como alma en pena y conseguí llegar a casa, cerré la puerta y me escondí en la habitación.
Por la mañana cuando vino el panadero le dije que me encontraba mal y que avisara al doctor para que vieniera, porque yo no podía ni andar.
Romasanta!, exclamó Leopoldo.
Hay que avisar a la guardia civil de que ese monstruo anda por estos alrededores.
De repente, Jacinto empezó a echar espuma por la boca, y con las convulsiones se cayó de la cama quedando inmóvil en el suelo.
El médico le tomó el pulso y comprobó que había muerto. Lo subió a la cama y tapó su cuerpo con la sábana.
No quería tocarlo más por si se contagiaba de su mal.
Bajó de nuevo las escaleras con la intención de regresar al pueblo y dar parte de lo sucedido en el cuartelillo, pero tuvo miedo de salir y se fue directo a  la chimenea para encender un fuego. Había decidido que era mejor pasar la noche allí, y luego por la mañana volvería.
Ya estaba calentándose cuando escuchó un ruido en la parte de arriba de la casa. Creyó que podría ser una ventana mal cerrada que se golpeaba por el temporal, y no hizo caso.
Pero el ruido regresó al poco rato, alguien bajaba por las escaleras, ese sonido de los peldaños de madera crujiendo era inconfundible.
_Pero si Jacinto vive solo.., ¿Habrá alguien más en la casa?. Pensó.
Se dio la vuelta y vio con pavor como el Mecanico se abalanzaba sobre él . No pudo reaccionar y acabó devorado.

No hay comentarios: