Amado mío:
Por su carta veo que es usted un joven
simpático y cariñoso, listo y empren-
dedor de los que me gustan, con una posición
elevada y muy digna de una donce-
lla hermosa.
Al leerla me llevé la mano a mi corazón, ya que
latía forzado por un cari-
ño anhelante, y gozosa me hice una pasional
ilusión, informé a mama por ser hi-
ja inmejorable. Mi padre me dio por cuenta de
toda la familia permiso para ver-
lo, y mi hermano y todos sus amigos jóvenes y,
por tanto, comprensivos, coinci-
dieron conmigo.
¡ Cuando podré disfrutar de ese carácter ideal,
forjado en una vida de traba-
jo inmenso! ¡Que gran placer será mas pronto
o más tarde corresponderle y a-
marlo intensamente!
Espero que haga usted una buena labor, pues
no tener novio tenía consu-
mida a mamá y a mis hermanas.
Siempre tuya: María
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